"Por este espacio pasarán muchos jóvenes de quienes generalmente se dice que no sirven para nada", dijo el párroco de la villa 1-11-14, del Bajo Flores, padre Gustavo Carrara, durante la inauguración días pasados de un centro barrial para adictos y sus familiares y la de un centro de formación profesional, el Hogar de Cristo, sede Don Bosco, y el Centro de Formación Profesional Padre Jorge Vernazza.
En el edificio donde hasta hace pocos años funcionaba una empresa de productos electrónicos, a unos 200 metros de la villa 1-11-14, ahora se dictan cursos de oficios y se recibe y contiene a los adictos que tienen la intención de dejar el consumo de drogas y a sus familiares. Son tres pisos sobre la calle Matanza al 2700, muy cerca de la avenida Francisco Cruz a la altura del club San Lorenzo, donde se trasladaron las actividades que se venían desarrollando en la parroquia Madre del Pueblo, en espacios compartidos con el dictado de catecismo.
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